El primer contacto con este pacto intangible entre la mejora y mi historia
automotriz comenzó en la universidad durante una clase de mantenimiento
mecánico, en la facultad de Ing. mecánica tuve la increíble fortuna de recibir
enseñanzas de un profesor que traía su
experiencia de la planta de la CCA (Mazda) en Bogotá, el Ingeniero Fabio Peña a quien debo en gran
medida mi inclinación por los modelos japoneses de productividad, en una de sus
clases nos introdujo al concepto de las 5S y a través de varios videos de
aplicación en plantas Japonesas de esta simple pero valiosa
metodología se me abrió la puerta a un mundo de conocimiento que vendría de
allí adelante, por esta razón tal vez el carro que quise comprar con mi primer
sueldo como ingeniero y con ayuda de mi padre fue un Mazda, éste flamante segundazo 323 coupe color
aceituna con el que desahogué mis juveniles aires de piloto fue una prueba
contundente de que la ingeniería automotriz colombiana basada en un modelo
japonés de control de calidad era claramente tangible y confiable, ése coupé
luego fué reemplazado por otro Mazda que modifiqué estéticamente rompiendo
incluso algunas reglas básicas no sólo de ingeniería sino confort cuando recorte sus suspensión, pero
eso ya es otra historia.
Mas adelante en mi aprendizaje sobre mejoramiento tratando de poner en práctica
los métodos del TPM en una planta de alimentos, vi como referente del KAIZEN la fábrica de
Sofasa en Medellín y gracias a una visita tuve la fortuna de ver una de las
plantas hoy en día con mejores prácticas de mejoramiento continuo, incluso en
esa época aun se ensamblaban ahí las camionetas PRADO de TOYOTA, en el
recorrido por una línea de montaje de RENAULT altamente estandarizada y
sincronizada recordé algunos de los clásicos que enorgullecían a mi padre pero
en su versión renovada, motivado y referenciado para comenzar mi propio camino de
mejoramiento al estilo KAIZEN recibió mi esposa como herencia familiar un compacto
pero bien diseñado TWINGO que se desempeñó como un titan en medio de las desmoronadas calles Bogotanas y que se conservó en perfecto estado incluso
pasados los casi 100.000 km con que lo vendí, este RENAULT con personalidad y
desempeño fue otra prueba tremenda de que los modelos KAIZEN de mejora han sido
bien desarrollados y puestos en práctica por nuestras ensambladoras.
Para completar la trilogía de las marcas Colombianas, éste año gracias al
alcalde Petro tuve la necesidad de cambiar aquel TWINGO, no por vejez sino por
una desafortunada incompatibilidad de placas, me dolió dejarlo, pero todo
cambio trae su recompensa, aunque confieso que no era muy inclinado a los CHEVROLET
a pesar de haber aprendido a manejar en un SPRINT y sacado a pasear la primera
novia en un SWIFT que mi madre me prestaba con temor, en la nueva búsqueda por causa del pico y
placa encontré una excelente relación precio, diseño y respaldo en esta marca que me hizo perder anteriores e infundados temores, con mi SPARK al volante solo tenía que
completar el ciclo, conocer la fábrica, fue así como a través de un par de
estudiantes pude visitar la planta ensambladora más grande del país, lo que vi lejos de sorprenderme me confirmó
no solo la calidad de sus procesos sino de las personas que los fabrican, la
amabilidad de su gente, la pasión por su trabajo y los métodos esbeltos son
suficiente garantía de que voy a tener CHEVROLET por años, esta experiencia de conocer otra planta fundamentada
en los métodos LEAN fue un referente más con respecto a los modelos de
mejoramiento que promulgo con frecuencia.
Pero vamos mas allá de mi historia personal que es realmente una excusa para presentar un punto realmente importante: las empresas que fabrican las marcas con las que hemos convivido los colombianos por años son claros ejemplos de los modelos de mejoramiento mundiales y no sólo ellas sino cientos de empresas que como proveedores de partes han aprendido igualmente a hacer más con menos, pensando en calidad, costos y entregas a tiempo.
No voy a discutir los efectos presentes y futuros de los tratados de libre comercio
en la industria colombiana pero quiero dejar una pregunta en el aire: si éstas
empresas son referentes de mejoramiento para muchas otras que hemos aprendido
sobre KAIZEN, TPM, LEAN y TQM gracias a ellas, ¿cómo vamos a garantizar que lo
sigan siendo por muchos más años?; Yo
personalmente las voy a seguir apoyando, creo en su calidad y el esfuerzo que
hacen para ser competitivas todos los días, si otro alcalde me obliga de nuevo
a cambiar de vehículo quiero que sea uno hecho con KAIZEN 100% colombiano, ésto no se trata de
"colombiano compra colombiano" esos eran viejos tiempos y no es tampoco una campaña de marca
país, es un apoyo a quienes me han enseñado indirectamente parte de lo que hoy
soy, no trabajo en esa industria lo cual es paradójico pero precisamente ahí
está el punto, lo que he aprendido de esas líneas de montaje hoy se aplica a
otras industrias totalmente distintas, los modelos son transversales y todos
debemos aprender de todos si queremos continuar en el mercado, si no están
quienes dan ejemplo a visitantes, estudiantes, clientes y proveedores ¿entonces
de quien vamos a seguir aprendiendo ?, ¿De la industria de comodities a la que parecemos
destinados a depender? no lo creo.
No va a ser fácil, pero las bases fundamentales del cambio cultural hacia los
sistemas esbeltos están ahí todavía respirando en nuestro medio, en los
talleres, en los empleados y en los pisos de esas plantas que los han hecho
crecer por años, he recorrido igualmente las fábricas con tal vez los mayores
estándares en esa industria como NISSAN y TOYOTA en Japón y sé que en seguir
esos métodos con constancia está la clave, no pretendemos ser TOYOTA pero si seguir algunos de
sus pasos hacia la excelencia y para eso tenemos que poner todos una parte……..entre
otras puede que me este llegando el momento de tener uno.
Hasta la próxima.
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