IMITANDO EL DESPERDICIO (¿del líder?)



Hace varios años leí un artículo acerca de un grupo de psicólogos que estudiaban cómo pequeños niños de tres y cuatro años aprenden y lo comparaban con el aprendizaje de los chimpancés.

La tarea para los chimpancés era tomar comida dentro de un contenedor pintado de negro para que no pudieran ver lo que estaba adentro, los investigadores les mostraban a los chimpancés como tomar la comida pero antes adicionaban unos pasos innecesarios tales como mover una perilla de un lado a otro y golpear la caja varias veces con un palo, la mayoría de los chimpancés imitaron los innecesarios pasos del investigador, ellos no entendían realmente para que los pasos extra puesto que no podían ver el interior de la caja.

Entonces los investigadores usaron una caja transparente, así los chimpancés pudieron ver la comida dentro de la caja y entendieron que mover la perilla y golpear la caja eran pasos innecesarios entonces se fueron directo a la comida.

Luego la caja transparente fue mostrada a los niños a quienes se les dio la tarea de tomar un juguete de adentro de la caja, primero los investigadores hicieron la demostración: pusieron el juguete, hicieron los pasos innecesarios y luego tomaron el juguete, luego pusieron el juguete de nuevo dentro de la caja y le pidieron a los niños que tomaran el juguete de la manera que ellos quisieran. 80 por ciento de los niños imitaron el investigador y halaron la perilla y golpearon la caja con el palo antes de tomar el juguete, ellos a diferencia de los chimpancés no veían los pasos extra como innecesarios.

El resultado de esta investigación muestra que los humanos aprendemos al imitar a otras personas, incluso a pesar de que lo que se aprenda esté lleno de pasos o actividades  innecesarias, desperdicio o desbalanceo.

Lo más importante es que, si ellos no entienden las actividades innecesarias, igualmente pocos se preocupan por preguntar algo fundamental, “¿por qué debo hacer estos pasos”?, Lo que encuentro particularmente interesante de este trabajo es el rol del investigador: él es una figura de autoridad a los ojos del chimpancé y del niño, quien es consciente de las consecuencias de no seguir instrucciones.

En las empresas, también somos figuras de autoridad: supervisores, gerentes, presidentes o directores, sabemos que la mayoría de las organizaciones procesan materiales o información vía baches y colas, rebosantes de actividades innecesarias y pasos adicionales.  Piense en lo que pasa en las organizaciones cuando personas jóvenes son contratadas con poca experiencia, ¿creen que harán el trabajo tal como les fue explicado por su figura de autoridad?  Seguro que sí.

¿Qué pasa si estas personas jóvenes, o cualquier empleado no está conforme con el proceso o levanta la mano para decir a su figura de autoridad que el proceso esta mal? Seguramente no van a obtener un premio, lo más seguro es que sea reprendido.

Ahora piense en las personas que han trabajado para una organización por décadas y han visto la manera en que otras personas hacen las cosas.  Su imitación de estas rutinas está profundamente arraigada, como consecuencia se resistirán a los esfuerzos por hacer las cosas diferentes , ésto hasta que su figura de autoridad comience a hacer el trabajo diferente.

Sabemos que los líderes de muchas organizaciones hoy defienden y soportan LEAN, pero realmente no piensan ni hacen el trabajo diferente, pocos participan en actividades Kaizen y por lo tanto no podrán entender la gerencia al estilo LEAN. Su entrenamiento en LEAN les da suficiente información para hablar el lenguaje lo cual parece suficiente para ellos, pero el error de la figura de autoridad al hacer esto significa que los empleados no tendrán nada que imitar. El resultado como siempre: un falso LEAN.

Recuerde esta expresión “la imitación es la forma más sincera de halago”, las figuras de autoridad están felices porque se encuentran en una posición de nunca perder, están siempre imitados por otros buscando  imitar el desperdicio en las tareas y en los comportamientos, tal como lo harían igualmente si por el contrario fueran grandes modelos de liderazgo LEAN.

La pregunta entonces es, ¿los líderes quieren crear una fuerza laboral de hábiles imitadores de desperdicio o quieren crear una fuerza laboral de hábiles practicantes LEAN? Cuando el negocio se ve amenazado como inevitablemente estará algún día, ¿una fuerza laboral de imitadores de desperdicio logrará salvarlo?.

Los líderes frecuentemente critican a los académicos de ser “muy teóricos” aun los líderes que creen que su organización puede “llegar a ser LEAN” sin entender los principios ni practicarlos todos los días estarán operando bajo una teoría que no soñaría ningún académico.

El autor de este artículo es BOB EMILIANI - http://www.bobemiliani.com/


Hasta la próxima.