Aunque la frase suena como las palabras en mi cabeza a las 6:00 am cuando escucho el despertador, en realidad es lo que dice mi hijo siempre que le anuncio que se terminó su hora permitida de video juegos, no es fácil poner límites a los hijos, pero cada que me la repite y a veces con su cara transformada en súplica, comienza una lucha psicológica entre la autoridad de su padre y el deseo o adicción de continuar que le produce su juego favorito.
Estoy
seguro de que no soy el primer padre que vive esta compleja situación y como
consultor me pregunto a veces si pudiéramos crear la misma pasión y deseo de
las personas por la mejora continua, hasta el punto de que me he imaginado la
siguiente escena en una planta de producción:
-
¡Señores, se les acabó la hora de análisis de causa raíz!
Y
todos al unísono respondiendo:
-
Noooo ingeniero por favor 5 minuticos más!!! (Se vale soñar)
Es
que en realidad quienes diseñan los juegos conocen mejor que nadie la
naturaleza humana, nuestra mente primitiva y la psicología detrás del
comportamiento.
Me
di pues a la tarea de entenderlo y les dejo algunas claves qué tal vez les
sirvan para crear los hábitos hacia el propósito de forjar una cultura de
búsqueda de la excelencia.
Cabe
decir que la industria de los videojuegos fue la primera en perfeccionar
las técnicas de gamificación en los años 80s y 90s con la intención de que sus
usuarios no solo los disfrutaran, sino que estuvieran totalmente absorbidos por
ellos.
¿Como
funciona?
Para
tratar de explicarlo voy a usar algunas características del video juego
favorito de mi hijo llamado Fortnite, juego épico de batalla que en 2019
acumuló más de 250 millones de usuarios y hoy tal vez es uno de los que reúnen
más elementos de gamificación, trataré de resumir los elementos que hacen que
el Fortnite cause adicción inmediata:
El
objetivo como buen juego de batalla es ser el último en quedar vivo luego de
eliminar a los demás con diferentes armas en una partida de 20 minutos de
aproximadamente 80 jugadores todos contra todos, ganar es en realidad muy
difícil pues para tener un desempeño decente hay que ser realmente bueno lo que
quiere decir que un jugador necesita tener en su perfil un nivel de unos 500
puntos en promedio, así pues para sumar puntos y aumentar el nivel de habilidad
debes dominar las técnicas de batalla que es lo primero que te hace no
querer pararte de la silla, cuando juegas o ganas partidas el juego te adiciona
puntos de experiencia que van sumando a tu nivel total, si se gana por primera
vez una partida, cosa muy difícil de hecho se obtiene un objeto especial como
premio lo cual es bastante emocionante, si se completan algunas misiones
llamadas “pases de batalla” además obtienes “V-Bucks” que es la moneda oficial
del juego, con los “V-Bucks” se pueden comprar en la tienda online todo tipo de
accesorios, camuflajes y en especial skins que son los trajes con los que se
identifican los jugadores en el juego frente a los demás, al final de cada
partida se puede ver el ranking de los mejores y si uno quiere ponerle más
acción se puede jugar en modo escuadrón con varios amigos, cada 3 o 4 meses se
lanza una nueva temporada que define las historia detrás del juego, la misión
general es lograr que todos puedan sumar al gran objetivo de esta temporada que
se cierra con un gran evento.
Parece simple, pero ¿qué hay detrás de todo esto que no quieres parar de jugar? Sencillo, Fortnite incluye todos los elementos de la gamificación que moldean el comportamiento: hay seguimiento al progreso, (Nivel acumulado), reconocimiento de logros (V-Bucks y premios), reto constante (mantenerse vivo), competición (ranking al final de la batalla), una conexión social (Juego multijugador en línea, trajes diferenciados) y una narrativa que invita a alcanzar un objetivo de grupo. (la temporada).
¿Como podríamos entonces usar esto en nuestras empresas y hacer que las personas se conecten al mejoramiento continuo y al sistema de excelencia operacional de forma casi obsesiva?
A veces nos damos golpes de pecho preguntándonos
porque no logramos el cambio, esa entrega y participación voluntaria que tanto
anhelamos, sencillo, hay que diseñarlo tal cual como si fuera un video juego.
Aquí algunas pautas para lograrlo.
1.
Seguimiento al progreso: el operario
debe tener claro cómo van sus indicadores todos los días, si vamos cerca o
lejos del objetivo diario, semanal y mensual, cuantos pasos o fases del plan se
han completado o cuantas habilidades han alcanzado dentro del plan de
desarrollo.
2.
Reconocer los logros: Saber que se gana
si se alcanza un récord en un indicador o que reconocimientos y recompensas se
obtienen si se cumplen los objetivos, incluso algún distintivo que pueden tener
en el uniforme o el tablero del área si se alcanza un nivel de desempeño X o Y.
3. Reto
y competición: Diseñe los pasos de cada nivel de excelencia
como todo un reto, defina los puntos de auditoría o evaluación que necesitan
para superarlo, como va el equipo frente a los demás o cuál es el top 10 de las
mejores líneas o plantas en termino de resultados, nivel de perdidas o logros
alcanzados.
4.
Conexión social: Haga que se comuniquen
los reconocimientos de manera pública, que otros conozcan los resultados de
cada línea pero que existan también maneras de pedir ayuda o coaching cuando
las cosas no van bien, compartan las mejores prácticas entre líneas o plantas y
cree proyectos donde participen diferentes áreas.
5.
Narrativa: Explique como el operario aporta con su trabajo
a la visión de la organización, cual es el entorno en el que se encuentra y que
se necesita para ganar en ese mercado o que amenazas tiene como negocio, Sin
este contexto que promueva un objetivo común nada de lo anterior será urgente y
prioritario.
Es
por esto que si queremos que nuestros empleados realmente se sientan cautivados
con lo que hacen hay que gamificar la experiencia de trabajo y moldear el
comportamiento deseado, recuerden que el mercado es un campo de batalla,
la estrategia del negocio es una misión que cumplir, nuestros empleados son los
soldados en el terreno y nuestro sistema de excelencia son las mejores armas
disponibles, si no logramos conectar nuestro ejército con la misión no vamos a
ganar ninguna batalla , todo eso depende que hagamos que el entorno se sienta
como un juego retador pero emocionante donde siempre nos pidan 5 minuticos
más!.
Hasta la Proxima.
ing. Sebastián excelente Articulo, el símil y las recomendaciones son geniales, al leerlo es fácil aterrizar conceptos y mil ideas de mejora llegan a tu cabeza para seguir en la lucha de búsqueda de la excelencia..!! Muchas Gracias.
ResponderEliminarHola que gusto que haya sido útil, hay que seguir buscando la excelencia como dices, saludos y hasta la próxima. Bienvenidas las ideas.
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